Por fin llegamos al final de la lista de 2022, ya en pleno 2023. Estos son los 25 mejores discos del año pasado.
25/ DOMI & JD Beck – Not Tight
Este dúo de mocosos ingleses (22 y 19) se dio a conocer hacer dos años cuando eran casi prepubescentes apareciendo en varios directos del gran Thundercat. Su talento no pasó desapercibido y sin un solo disco ya despuntaban como una de las propuestas más frescas del modern jazz. Su debut es todo lo que podríamos esperar del dúo y cumple con la expectación creada, estamos ante una excelente y excelsa colección de artistas (de Anderson Paak, cuyo recién creado sello produce el disco al ya mencionado Thundercat) que ponen voz a los malabarismos sonoros y estilísticos de Domi y JD Beck. Un excelente trabajo que no podéis dejar de escuchar.
24 / The Beths – Expert in a Dying Field
Tras un segundo disco algo decepcionante (aunque yo creo que es un buen disco) el cuarteto neozelandés vuelve con un tercer trabajo que refina su sonido, ofreciendo un indie rock que no puede sino rememorar el sonido del dunedin sound (seguramente el movimiento underground más loable del país neozelandés) de los noventa. Una colección de canciones excelente, redondas en lo sonoro y lo lírico (las letras estan centradas en el final de una relacion amorosa) donde las influencias power pop y shoegaze quedan patentes en la mayoría de los temas. Un trabajo notable de una banda que es una de las mejores noticias de un indie rock que sabemos está en horas bajas.
23/ Alex G – God Save The Animals
Instaurado como un referente del folk-rock indie y con pábulo de la crítica que ha veces resulta hasta exagerado, el bueno de Alex G (ha perdido lo de Sandy por el camino) pública el noveno álbum de su carrera, un trabajo que pasa por ser uno de los más completos y que mejor definen el estilo del artista. Su música combina el indie rock, con el folk y los arreglos pop y electrónicos, firmando un trabajo más esperanzador y positivo de lo que nos acostumbra y centrado en el poder rehabilitante de los animales y su cariño hacia las personas.
22/ Yeah Yeah Yeahs – Cool it Down
Este año ha sido el de la vuelta por donde solían de grandes grupos de la primera década del siglo. Ya hablaremos luego de Arcade Fire, pero ahora nos detenemos en otro comeback si cabe más sorprendente, y es que la banda de Karen O, Yeah Yeah Yeahs! uno de los grupos pivotales de la década de los 00’s ha vuelto tras nueve años de hiato (y 15 desde que sacasen música decente, porque su penúltimo disco “Mosquito” es bastante meh) y lo han hecho con un disco sobresaliente, un trabajo en el que es fácil ver reflejado el estilo original de la banda, y sin embargo presenta un sonido más electrónico y pausado, un estilo más grave para unas letras fatalistas y apocalípticas con las que la banda se erige en portadores de malas noticias, el futuro tiene pinta de puta mierda.
21/ Angel Olsen – Big Time
“Big Time” es el quinto (o sexto si contamos esa reimaginación de “All Mirrors” que fue “Whole New Mess” hace 2 años) álbum de la artista de Missouri, el primer gran lanzamiento tras “All Mirrors” (donde escenificó su huida del indie rock como otras grandes de la década estilo Sharon Van Etten) Un gran disco (aunque yo siga prefiriendo a la antigua Angel Olsen) que fue un punto de inflexión en su carrera, con un sonido diferente que le granjeó un éxito de critica y publico. “Big Time” se aleja del art pop de su último disco y se acerca al country, pero mantiene ese pose grave, de tempo lento que se plasma en baladas de tintes hasta épicos, un estilo que parece llegado para quedarse puesto que “Big Time” es otro gran trabajo.
20/ Romero – Turn It On
Dicen los terraplanistas que Australia no existe, ellos se lo pierden. Pues de Australia nos suelen llegar las propuestas más irreverentes, alocadas, diferentes y marchosas del indie de los últimos años. de Pond o King Gizzard and the Lizard Wizard a Royal Headache pasando por Romero, la banda de Melbourne con la maravillosa y despampanante Alanna Oliver a la cabeza que debuta con este sobresaliente “Turn it on”. Un disco que admite comparaciones con el sonido de Royal Headache, pues ambas bandas gustan de ese power pop acelerado, garajero y ruidoso. Un disco de esos que escuchar en tu antiguo walkman con tus auriculares viejos, o en una sala ratonera sin aire acondicionado y pasar la sudada de tu vida evocando tiempos mejores, y sintiendo lastima por los terraplanistas.
19/ Brutus – Unison Life
Brutus es una de las mejores bandas del post hardcore actual, los belgas contaban con dos discos excelentes a sus espaldas hasta este año con un sonido que mezcla el metal, el post hardcore y el indie rock, y donde destaca poderosamente la energía y poderío de su frontwoman (bueno más bien backwoman porque es la batería) Stefanie Mannaerts. Este año la banda ha sacado su disco más accesible, el que más se acerca al indie rock y también seguramente el que mejores arreglos y produccion tiene. Aunque yo me sigo quedando con su impresionante y demoledor debut, “Unison Life” es un soberbio trabajo que pasa por ser el más completo de la banda y les está ayudando a darse a conocer a un público más grande.
18/ Pusha T – It’s Almost Dry
El cuarto disco del veterano rapero del bronx Pusha T continua su notable carrera de discos en solitario, el ex de Clipse (autor de se himno de los 2000 que es “Grindin‘”) firma un trabajo para que ha echado mano de uno de sus antiguos productores (el bueno de Pharrell Williams) a la par que ha seguido contando con Kanye West (que ha producido todos su discos en solitario y de cuya discográfica sigue formando parte) que debe haber rescatado sus últimos momentos de lucidez para firmar alguna de sus mejores producciones en tiempos (como la soberbia “Diet Coke”) para un artista que no parece mermar en su capacidad de producir discos excelentes.
17/ Kilo Kish – American Girl
En 2016 Kilo Kish debutaba mostrándose como una artista cuyas inquietudes iban más allá del simple r&b, ampliando en sus siguientes eps su sonido hacia la electrónica de club, jugueteando con sonidos industriales, el darkwave, o el chillwave. Por todo ello, las expectativas para su debut en largo eran muy altas, y podemos decir que la artista ha cumplido con la exigencia, pues estamos en un trabajo que no se olvida de todas sus querencias musicales, aunque tiene un eminente componente pop. Un excelente trabajo que sirve para reivindicar de nuevo a Kilo Kish como el verso suelto en el r&b actual.
16/ Weyes Blood – And in the Darkness Hearts Aglow
Resultaba difícil la tarea que tenía encima la buena de Natalie Mering para este su quinto disco el segundo de una trilogía que la artista había comenzado con “Titanic Rising” que elegimos aquí mejor disco de 2019 y uno de los mejores discos de lo que llevamos de siglo. El resultado, aunque no se acerca a esas cuotas de excelencia si que roza el sobresaliente, estamos ante un trabajo que se acerca al pop barroco y de cámara sin separarse de ese folk añejo pero moderno que la artista tiene como sello personal. Estamos ante un disco menos emotivo y emocional en lo sonoro y más elegante y sofisticado, un digno sucesor de esa maravilla que es “Titanic Rising”, sin llegar a su nivel pero ofreciéndonos otra cara de una artista absolutamente extraordinaria.
15/ Wet Leg – Wet Leg
Antes de nada, te advierto, es imposible no amar a Rhian Teasdale y Hester Chambers las dos chicas que conforman Wet Leg. Dos chavalas de la isla de Wright (el lugar más perdido que uno se puede imaginar en UK) de lo más auténtico y divertido, que comenzaron a subir música en internet y terminaron siendo la banda de moda sin haber sacado un disco. Disco que finalmente publicaron este año, confirmando lo que habían prometido en sus primeros singles, desparpajo, humor y sarcasmo con un claro componente de autoparodia de sí mismas y un sonido que recoge lo mejor de 30 años de rock británico sin intentar etiquetarse demasiado. Su música es cercana e inmediata, pero diferente y fresca, y ellas son un amor de naturalidad y desparpajo que esperemos no se les agote nunca.
14/ Florence + The Machine – Dance Fever
Viendo el otro día a Florencia en el Mad Cool, uno se pregunta si no ha transcendido finalmente, dejado atrás su humanidad, y se ha elevado a un plano cercano al de los ángeles. Y es que, pese al patinazo que fue su cuarto disco, Florence Welch seguía manteniendo ese estatus de diva del indie pop gracias a su prístina primera trilogía de LPs y su presencia en el escenario que es algo de otro planeta. Ahora con este “Dance Fever”, la artista de Londres vuelve por donde solía y firma un excelente disco con otro ramillete de grandes temas que añadir a su colección. Musicalmente el disco transita sin miedo por el dance, el indie rock, o el electropop presentando a una artista de nuevo en plena forma, con la suficiente seguridad vital para hablar sin tapujos de sus miedos y ansiedades en las letras y que promete seguir en lo más alto del indie pop durante otra década mas.
13/ Arcade Fire – WE
¿En que realidad estamos?¿Nos hemos vuelto locos? ¿O es verdad que Butler, Chassagne y cia han dejado de hacer el payaso como venían haciendo desde hace ya demasiado tiempo y han sacado un buen disco?. Pues si muchachos, no estamos soñando, y siempre es bueno que una banda que creíamos perdida para bien durante buena parte de la ultima década haya vuelto. No diré que vuelven donde solían, porque obviamente esa pomposidad superlativa de U2 del siglo xxi que empezó a crecer sobretodo desde “Suburbs” (y se hizo patente en “Reflektor”) sigue ahi, pero la banda ha vuelto a ese gravitas que habían abandonado en pos de una especie de “viva la fiesta” abominable. Ahora si, estos Arcade Fire son reconocibles, aunque el disco sea ensalada de estilos (muy bien resueltos la mayoría) volvemos a ver a ese grupo ultra sobrecargado y que intenta trascender en cada tema, que componen cada cancion para tocarla el día del juicio final ante 100.000 personas en un estadio, que puede cargar a mas de uno, pero es la seña de identidad de la banda me atrevería a decir prácticamente desde siempre. Un disco para ver en directo aunque si hace 10 años eran excéntricos en directo ahora no me quiero imaginar las patochadas que tendremos que aguantar.
12/ Ibeyi – Spell 31
Ya han pasado cinco años desde que Lisa y Naomi Díaz firmaron su segundo álbum que les dio a conocer con relatos tan auténticos y crudos como el de “Deathless” las cubanas afincadas en Francia han tenido tiempo para pulir sus mecánicas de trabajo como grupo, y este año se han descolgado con un tercer trabajo que mantiene completamente el nivel de ese excelente segundo disco. Estamos de nuevo ante un disco que se maneja con soltura por el r&b, las influencias latinas, e incluso el rap o el trip hop, un disco que ya desde su título (que hace referencia a un conjuro del libro de los muertos del antiguo egipto) pretende recrear una atmósfera mágica y ensoñadora cargada de emociones y sentimientos y con un tono ciertamente más festivo que sus anteriores trabajos.
11/ Black Country, New Road – Ants From up There
![CRÍTICA] JULIEN BAKER - LITTLE OBLIVIONS](https://media.pitchfork.com/photos/61649694110e7cd222907396/1:1/w_600/Black-Country-New-Road.jpg)
La fiebre del art rock en UK parece no tener fin, de Squid a Black Midi el estilo que bebe del new wave arty de finales de los setenta e incorpora un sin fin de influencias del rock del último cuarto de siglo parece vivir su momento más álgido y feliz. Bueno, parecía, hasta enero de este año cuando Isaac Wood el frontman de Black Country New Road (que desde su debut el año pasado se situaba como una de las bandas de referencia de esta ola) anunció que dejaba el grupo, la banda (de 6 integrantes ahora) seguirá su camino, pero parece un camino complicado de seguir, porque Woods era parte fundamental como se comprueba en este disco que salió poco después (a modo de última contribución del artista a la banda), un disco que mejora su debut, poniendo un poco de orden en el caos y ahondando en la instrumentación y el componente art rock de su sonido. Un sobresaliente trabajo de una banda que veremos qué futuro le espera tras la marcha de su cantante.
10/ Nilüfer Yanya – Painless
La turco británica da continuación a su maravilloso debut redoblando la apuesta por su singularidad musical. Y es que con tan solo dos discos (que coño, simplemente con el debut) la artista ha encontrado un sonido único y totalmente inconfundible, independientemente del estilo musical que adopte. Porque “Painless” es menos arenero y rockero que “Miss Universe”, hay menos subidones y una apuesta mas introspectiva que la artista defiende con la misma solvencia que las canciones con mas gancho de su debut. Estamos ante otro álbum excelente con un carácter más pop y un contenido más pausado que incluso juguetea a veces con el jazz pero igualmente redondo.
9/ Destroyer – Labyrinthitis
Dan Bejar es un tipo que tiende a analizar y observar detenidamente lo que le rodea y lo que está pasando, por ello, uno pensaría que su disco post covid (una pandemia que siguió casi enfermizamente, y que es posible que sea la responsable del título del álbum que aduce a una enfermedad del oído que el artista dice que tiene por el virus), que encima hace el decimotercer trabajo en la carrera de la banda seria un trabajo más bien pesimista y melancólico. Y sin embargo la idea del extraordinario cantautor canadiense fue toda la contraria, buscar un sonido ameno y animado, como Destroyer no son los Venga Boys, el disco es todo lo uptempo que podría ser un disco de Destroyer. El trabajo es también uno de sus mejores trabajos en mucho tiempo, en donde vuelve a dar una lección de variedad estilística, y de composiciones y letras bien pensadas. Un sobresaliente más para una de las bandas más únicas e imprescindibles del panorama musical independiente.
8/ Ibibio Sound Machine – Electricity
El disco definitivo del colectivo londinense de ascendencia africana viene casi después de una década de música donde se han labrado fama mezclando el afrobeat y el funk africano con el drum & bass de la escena londinense. Ahora, de la mano de Hot Chip incorporan el electropop a la mezcla, potenciando los sintetizadores y firmando un trabajo excelso en este su cuarto disco de estudio. Un disco lleno de ritmo, fusión afro electrónica y temazos tan brutales como este “Protection for Evil” con el que da comienzo el disco.
7/ Kendrick Lamar – Mr Morale & The Big Steppers
Instalado desde hace tiempo en lo mas alto del trono del hip hop, Kendrick Lamar es también un artista contracultural, en un periodo de inmediatez su sonido se toma su tiempo casi en cada tema, en un periodo de viralidad y busqueda de escuchas, sus álbumes no contienen singles rutilantes y se disfrutan más como un concepto global. Y aun así con este nuevo trabajo (por cierto el último con TDE el sello que él ayudó a promocionar y elevar al estatus que tiene en la actualidad) vuelve a demostrar porque es el mejor de su género, por su facilidad para elaborar temas musicalmente atractivos y líricamente sobresalientes, un disco que incide en sus demonios internos y sus contradicciones al tiempo que disecciona sus opiniones sobre una suerte de temas de candente actualidad, siempre aportando un punto de vista personal y sin intención de sentar cátedra. Otro trabajo sobresaliente que yo creo que puede mirar a los ojos sin miedo a esa obra maestra que es “To Pimp a Butterfly”.
6/ Sharon van Etten – We’ve Been Going About This all Wrong
Tras “Remind Me Tomorrow” Sharon Van Etten completo su transformación en estrella del indie pop, parecía el final alegre (unido a su maternidad y su futuro matrimonio) a una historia triste previa que ya hemos contado aquí en ocasiones. Como la vida no tiene finales felices los siguientes tres años le han deparado una pandemia una mudanza tortuosa y una boda cancelada. Quizás por eso “We’ve Been Going About This All Wrong” es un disco mucho más intimista que su antecesor. Un disco que recuerda en su poso oscuro a sus comienzos y que seguramente sea lo que me haga ponerle un sobresaliente. Hay mucho de “Tramp” o de “Epic” en el disco, pese a que estamos ante un trabajo de pop (recordemos que Sharon también huyo del indie rock) e incluso en los temas donde la protagonista es una guitarra acústica las bases y orquestaciones pop terminan sobresaliendo. Pero la artista ha sabido conseguir una atmósfera oscura y brumosa, gracias a arreglos que se atreven con el shoegaze electrónico o incluso los sonidos mas industriales y que redondean un excelente trabajo (otro más) de Charito, diferente a “Remind Me Tomorrow”, y tanto más meritorio por ello.
5/ Beach House – One Twice Melody
Este año se cumplen 10 años del mítico “Bloom”, el punto culminante del dream pop de este siglo y el disco definitivo que es uno de los principales argumentos para situar al dúo de Baltimore que forman Victoria Legrand y Alex Scally en el olimpo de las bandas indie. Ahora, una década después, el dúo publica su octavo disco de estudio. Un disco que parece tener un claro toque nostálgico y revisionista de su carrera musical, pues a lo largo de 4 partes y casi 90 minutos disecciona todas las influencias musicales que la banda ha ido incorporando a su música en estos años. A pesar de su duración, es un disco sobresaliente, para una banda que parece incapaz de hacer algo que baje de esa nota y con el que mantener siempre en mente la grandeza e importancia del dúo.
4/ Mitski – Laurel Hell
Cuatro años después de su último trabajo y seis desde su carrera despegara con “Puberty 2”, Mitski vuelve a sacar un nuevo LP. La neoyorkina de ascendencia japonesa sigue siendo fiel a su espíritu fatalista y depresivo, de hecho el éxito cosechado con sus trabajos ahondó en sus problemas mentales y a punto estuvo de retirarla de la música. Un disco que ahonda en infidelidades, problemas y desamor, con un sonido ya totalmente entregado a los sintetizadores y al ochenterismo (una pena que perdiésemos ese toque guitarrero que le daba su fuerza a “Puberty 2” ) cuya presencia reduce un poco la nota del sobresaliente al notable alto.
3/ Fontaines DC – Skinty Fia
El grupo Irlandés ha tenido hasta ahora una carrera meteórica en apenas cuatro años de historia ganándose a muchos a su causa. Otros aún estábamos en la valla esperando al disco definitivo. Si su debut a mi me parecio bueno pero nada especial (porque seguía la corriente del nuevo punk que había arrasado ese año en UK e Irlanda) su segundo trabajo mejoraba el primero y afianzaba al grupo como algo notable y con tremendo potencial. Finalmente este año publican un tercer trabajo que se titula como una popular expresión malsonante irlandesa (que viene a traducirse “me cago en todo” aunque literalmente, y por eso la portada significa “maldición del ciervo”) es el espaldarazo definitivo al menos para mi de la banda, un sobresaliente trabajo más post punk que punk, y donde la banda muestra su lado más elegante, maduro y elaborado, con influencias que recuerdan al pop gótico de los ochenta y canciones a cual más lograda para redondear su mejor trabajo hasta la fecha.
2/ Alvvays – Blue Rev
Cinco años después de “Antisocialities” segundo trabajo de los canadienses la banda vuelve a la vida (y es que muchos creíamos que se habían esfumado para siempre porque no son precisamente mucho de redes sociales) y de la mejor manera posible. Cinco años de problemas y accidentes que retrasaron el que por otra parte es su obra magna, un sobresaliente disco donde su indie rock desenfadado gana en empaque asomándose al dream pop por un lado y amplificando las distorsiones para acercarse al noise y al shoegaze por otro, por si fuera poco la banda tiene espacio para juguetear con los sintetizadores y el synth pop en varios temas. Todo junto compone un trabajo que recuerda a otra época, en el que el indie rock gozaba de mejor salud. Un disco que presume de una sucesión de temas digna de elogio y que no da casi respiro, una joya rutilante que merece escucharse una y otra vez, aprovechando su corta duración y la inmediatez de sus cortes.
1/ Big Thief – Dragon New Warm Mountain I Believe in You
Terminamos con los reyes indiscutibles del indie folk/rock actual, la banda de Adrianne Lenker y Buck Meek que no deja bordar todo lo que hacen en su carrera. Esta vez la banda nos presenta un ejercicio creativo monstruoso, un álbum largo (casi 80 min y 20 cortes) donde el grupo no tiene miedo de mostrarnos otros estilos musicales que si bien componían sus influencias, nunca se habían lanzado abiertamente a reproducirlos (como el country o el bluegrass) para confeccionar un álbum intrincado pero también de los más elaborados de la banda, que continúa sin casarse con nadie y buscando siempre dar un paso más allá. Un álbum sobresaliente por su ambición y alcance y que pasa por ser lo mejor de este año (resulta aterrador y atestigua el nivel del grupo que seguramente este no sea su mejor trabajo) para una banda sin miedo a nada y que siguen tocados por la varita divina de la creatividad.
Cuts You Up 
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